los comienzos
La Comunidad nació en torno a una pizza compartida por Gérard y Jo Croissant, y Mireille y Jean-Marc Hammel, el 25 de mayo de 1973. Tras haber experimentado la efusión del Espíritu Santo, los dos jóvenes matrimonios se hicieron la siguiente pregunta: «¿Y si viviéramos en comunidad? Decidieron, como las primeras comunidades cristianas, vivir juntos poniéndolo todo en común.
Se inspiraron en Lanza del Vasto, fundador de la comunidad del Arca donde se conocieron Gérard y Jo, en los pastores Louis Dallière y Thomas Roberts, y en Marthe Robin, fundadora de los Foyers de Charité.
«Todos los creyentes vivían juntos y lo tenían todo en común; vendían sus bienes y posesiones y repartían el producto entre todos según las necesidades de cada uno. Cada día partían el pan en las casas con un solo corazón y comían con alegría y sencillez de corazón.»
Hechos de los Apóstoles 2:44-46
DESBORDAMIENTO APOSTÓLICO Y MISIONERO
«¡Consuela, consuela a mi pueblo!»
Isaías 40:1
«¿A quién debo enviar?»
Isaías 6:8
Crisis de crecimiento
«¡Maranatha, ven, Señor Jesús!»
Apocalipsis 22, 20
Hacia la "Familia Eclesial de la Vida Consagrada
Este camino culminó en junio de 2011: la Comunidad fue erigida por Mons. Le Gall, arzobispo de Toulouse, en «Asociación Pública de Fieles de derecho diocesano con vistas a convertirse en Familia Eclesial de Vida Consagrada».
Esta nueva etapa institucional modifica profundamente el gobierno de la Comunidad y permite honrar las particularidades de cada estado de vida. De hecho, se han creado tres ramas: la rama de los hermanos consagrados, la rama de las hermanas consagradas y la rama de los laicos. Cada rama tiene un responsable que tiene autoridad sobre la vida de la rama y sobre el seguimiento de sus miembros. Estas tres ramas se unen en una sola comunidad, regida por un presidente. De este modo, la Iglesia Familia da paso a una forma de gobierno colegial en la que se requiere el consentimiento de los diferentes estados de vida.
Posteriormente, el 12 de noviembre de 2020, el dicasterio romano para los institutos de vida consagrada concedió a monseñor Le Gall la facultad de erigir la Comunidad de las Bienaventuranzas en «familia eclesial de vida consagrada» de derecho diocesano. La erección tuvo lugar el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción.