Una llamada urgente
La rama laica está compuesta por hombres y mujeres, laicos (casados, solteros o consagrados por un voto de celibato) y clérigos (diáconos permanentes) que, respondiendo a una llamada del Señor, quieren seguirlo viviendo de acuerdo con el carisma de la Comunidad de las Bienaventuranzas. Quieren así, consagrar sus vidas al Señor, viviendo el espíritu de los consejos evangélicos (pobreza, castidad y obediencia) y el espíritu de las Bienaventuranzas (cf. Mt 5: 1-12), para ser testigos del Evangelio en el mundo y signos del Reino venidero.
Su elección de comprometerse en la Comunidad es, por lo tanto, una respuesta a la urgente llamada que la Iglesia dirige a los laicos desde el Concilio Vaticano II para seguir la llamada a la santidad que resulta de la gracia bautismal y del participar plenamente en la misión de la iglesia.
Vida fraterna y comunitaria
Matrimonios, familias y solteros eligen vivir una cierta forma de vida comunitaria y fraterna compatible con su propia vocación.
Diversas modalidades son posibles para un compromiso único, con el fin de permitir a los laicos de perseverar en su llamada de acuerdo con las diferentes limitaciones que su situación de vida les impondrá a lo largo de su existencia.
- Pueden elegir de vivir en una casa, en el seno de un Hogar Comunitario donde tienen sus propios lugares de vida. Las familias ocupan departamentos o casas. Viven la vida comunitaria cotidianamente. Algunos momentos son vividos en el seno de su rama, y otros momentos con todos los miembros del hogar comunitario.
- Otros eligen vivir al exterior del hogar, en su propia casa. Así, ellos participan a la vida de un hogar comunitario de manera semanal por adhesión.
- Finalmente, algunos pueden constituir una fraternidad que ofrece vida comunitaria semanal. En este caso, no viven en el mismo lugar y las reuniones pueden realizarse en la casa de uno de ellos o en un lugar fraternal común a todos.
La vida de oración
El trabajo
Los laicos de la Comunidad ejercen una actividad profesional en la sociedad civil, en la Iglesia o en un apostolado de la Comunidad en relación con los hermanos consagrados y las hermanas consagradas. Las familias subvencionan sus propias necesidades y las de sus hijos.
Viven su trabajo y su inserción en la sociedad como una misión para ser testigos de los valores del Evangelio y de los signos de la misericordia de Cristo para todos.
La misión
Los matrimonios y los solteros interesados en la evangelización o la compasión participan activamente en primer lugar a la misión y a los apostolados de la Comunidad, en comunión con los sacerdotes, hermanos y hermanas.
Algunos pueden tener misiones encomendadas por la comunidad o misiones personales.
Contrato
El Contrato personal expresa el compromiso de cada miembro laico con Dios y con la Comunidad dentro de la rama. Este contrato es redactado por un año de duración, para cada miembro laico, durante un año, en concertación con su responsable. Tiene en cuenta el nivel de compromiso, la situación profesional, el lugar de vida, la vida fraterna y de oración, la vida apostólica, la formación.
LOS LAiCOS
testifican
Bart y Veerle
Nos casamos en 1993 y tenemos tres hijos. Somos belgas de habla neerlandesa y vivimos en Flandes (Bélgica).
Guillem y Esther
Somos Guillem y Esther. Originarios de Barcelona, volvimos a la Comunidad cuando…
Jean-Claude y Martine
Jean-Claude, diácono permanente, y Martine fueron de los primeros miembros de la Comunidad.